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“Los órganos no van al cielo”

30/05/2023

La donación de órganos representa un acto altruista y solidario, considerado como la mayor demostración de bondad entre los seres humanos. El transitar del camino que llega hasta el trasplante incluye a muchas personas que hacen posible que dicho acto de amor suceda, construyendo una red de solidaridad que pretende generar día a día conciencia para entender que la donación de órganos y tejidos salva vidas.

La realización de cada trasplante es posible gracias a la participación de la sociedad, representada en el acto de donar, a la intervención de los profesionales e instituciones de salud, y al trabajo de los organismos provinciales de procuración pertenecientes al sistema sanitario argentino.

Siempre va a ser mayor el número de personas que requieran un trasplante de órganos que las que efectivamente puedan ser donantes, motivo por el cual siempre van a existir las listas de espera. Esto se debe a que no toda persona fallecida puede ser donante: la donación depende de las características del fallecimiento.

 

Existe una lista de espera única en todo el país para cada tipo de órgano controlada y fiscalizada por el INCUCAI. La distribución y asignación de órganos y tejidos se realiza mediante un sistema informático sobre la base de criterios médicos preestablecidos que tienen en cuenta principalmente: la gravedad del paciente, la compatibilidad entre donante y receptor, el tiempo en lista de espera; asegurando la equidad y la transparencia en la distribución.

En Argentina, se realiza el trasplante de riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas, intestino y algunos tejidos como córneas, piel, huesos y válvulas cardíacas, a partir de donantes cadavéricos; aunque también se pueden llevar a cabo frente a una necesidad extrema, una donación en vida de riñón, hígado y médula ósea, si se estima que dicho procedimiento no afectará la salud del donante y existan perspectivas de éxito para el receptor.

En nuestro país existe la Ley del Donante Presunto: “Ley Justina”. Esta ley determina que todas las personas mayores de 18 años son donantes de órganos salvo que hayan manifestado lo contrario.

Es un desafío para toda la comunidad trabajar y remarcar la importancia de la donación de órganos, y recordar lo que pregonaba Justina: “un donante salva 7 vidas”.

Este día nacional se conmemora desde 1997, como un homenaje a todos los donantes que, con su gesto de solidaridad, amor y altruismo, brindaron la posibilidad de salvar la vida a personas que se encontraban a la espera de un trasplante.

Al día de hoy, 7032 personas son las que necesitan un trasplante para salvar o mejorar su calidad de vida en este momento; y sólo 279 individuos donaron sus órganos este año.

Son más de siete mil historias de vida y familias que esperan.

Construyamos entre todos una Argentina donante.

Hospital San Andrés - Secretaría de Salud